miércoles, 16 de mayo de 2012

CAPÍTULO 7

Jamás. Es lo primero que pienso. No quiero verme débil en La Arena y no quiero que parezca como que yo dependo de Cato. No es así. Para ser Amantes Trágicos necesitamos algo más que ésta seca amistad, y el amor nunca estuvo dentro del acuerdo.
—¿Bien? ¿Qué piensan? —pregunta Brutus con una gran sonrisa.
Ante su pregunta, Cato y yo nos ponemos de pie y empezamos a discutir. No se puede entender nada de lo que decimos, pero al parecer, ninguno de los dos estamos de acuerdo con el plan de Brutus.
—¡Bien, bien, bien! ¡Calma! —responde Brutus intentando tranquilizarnos.
—¡No pasará! —le grita Cato a nuestro mentor.
—Bien, no pasará. Tendremos qué encontrar otra técnica.
Enobaria voltea a verme y yo le respondo con una sonrisa apretando los labios.
—¿Cuál es el horario de hoy? —pregunto intentando cambiar el tema.
—Cada uno tendrá cuatro horas con Zenobia y Enobaria para la presentación y cuatro horas conmigo para el contenido. —responde Brutus— Tú empiezas con ellas, Clove.
Al principio no me imagino para qué necesito cuatro horas con ellas. Zenobia sí puede enseñarme unas cosas, pero Enobaria no es una mujer muy femenina. Vamos a mi cuarto y ahí me ponen un vestido largo y unos tacones altos, que no son los que usaré en la entrevista, y me explican como debo caminar. Para mi suerte, aprendí a usar los tacones altos desde que tenía 12 años, porque son requeridos para las fiestas a las que nos invitan. El vestido no deja de enredarse en los zapatos, pero sé como manejar eso sin caerme. Zenobia parece complacida y Enobaria se limita a vernos.
Después de eso, me muestran como debo sentarme y la postura (al parecer tengo tendencia a elevar demasiado la mirada), el contacto visual, los gestos de las manos y las sonrisas. Todo lo que me enseñan, son cosas que ya sé hacer.
Zenobia sale unos minutos antes y me deja sola con Enobaria.
—Sabes usarlos bien, ¿ah? —dice ella.
—Si, bueno, mi madre nos enseñó a mi y a...
—¿Qué tanto quieres a Cato? —me interrumpe.
—¿Qué? Pffsh. —hago un gesto con la mano— ¿Se nota mucho?
Enobaria suelta una carcajada.
—Eso no debería preocuparte. ¿Estarías dispuesta a dar tu vida por él? Ese es el verdadero problema cuando dos amantes entran juntos a La Arena.
—No somos amantes.
—¡Oh no! Eso queda claro. Él no tiene esa capacidad para amar, pero, ¿y tú?
Yo no respondo.
—Somos profesionales, pero somos personas en realidad. —continúa ella.
Eso me suena más conocido.
—Él no se ha dado cuenta de eso, tú ya lo hiciste, ¿no es así? Lástima que en tu situación es matar o morir.
Zenobia regresa dando brinquitos y Enobaria termina la conversación mirándome a mi y levantando las cejas.
En el comedor, Cato y Brutus parecen de buen humor, y eso me agrada. Después de la comida, Brutus me lleva al salón, me pide que me siente en el sofá y me mira por un rato.
—¿Qué? —pregunto finalmente.
—Intento averiguar qué hacer contigo, como te vamos a presentar. La verdad es que no hemos tenido mucha suerte en público gracias al Distrito 12, y necesitan patrocinadores.
—¿Cuál es el enfoque de Cato? —pregunto.
—Será brutal. Le resultará fácil.
—¿Cuál será el mío?
Brutus me mira por otros momentos.
—Serás letal, pero al mismo tiempo serás dulce, ¿bien?
—¿Como podría ser eso? No entiendo.
—Clove, estoy seguro de que tú sabes como hacer eso. ¿Bien?
—Bien. —respondo, convencida.
Cenamos todos juntos, pero una vez más, nadie habla. Intento no mirar a Enobaria a los ojos, así que me concentro en mi plato, y cuando acabo pido más; como hasta ponerme mal. Cuando termino, me voy a mi habitación.
Recostada en mi cama, me pongo a pensar en lo que me dijo Enobaria sobre Cato. ¿Será cierto? Es cierto que yo ya me dí cuenta de que somos personas después de todo. Es cierto que también me dí cuenta de que solo uno de nosotros puede salir con vida. Es cierto que no sé que sería de mi vida sin Cato.
Por la mañana aparece mi equipo de preparación. Mis clases con Zenobia, Brutus y Enobaria han terminado, este día le pertenece a Gunnar, por desgracia. El equipo trabaja conmigo hasta bien entrada la tarde, convirtiendo mi piel en un instrumento más de trabajo. Katri empieza a trabajarme el pelo; lo recoge todo de forma que pueden verme la nuca. Prueban varios maquillajes en mi cara, y terminan por cubrirme todo el cuerpo con un polvo dorado.
Entonces entra Gunnar con lo que supongo es mi vestido.
—Cierra los ojos. —me ordena.
—No. —le respondo.
—Como sea.
Me ponen un vestido rojo muy bonito, un vestido letal. Los tacones son altos, porque mi estatura es baja, y necesito la altura. Cuando me miro al espejo, me gusta lo que veo. Pero no puedo decirle nada a Gunnar, es algo de orgullo.
Aunque no necesito decirle nada, él está orgulloso de su trabajo.
—Estaré sentado en la plataforma principal, con los demás estilistas. Si necesitas apoyo, puedes voltear a verme.
—Gunnar... ahm... gracias...
—No hay problema. —él sonríe.
No sé si lo veré de nuevo en el tiempo que nos queda antes de entrar a La Arena, y quiero terminar bien con él.
Nos reunimos con el resto del equipo del Distrito 2 en el ascensor. Nitya y los suyos trabajaron bien con Cato: lleva un traje color gris que le queda perfecto. 
Se abren las puertas del ascensor y vemos que los demás Tributos se ponen en fila para subir al escenario. Los veinticuatro nos sentamos formando un gran arco durante las entrevistas. Yo seré la tercera en pasar, porque la chica precede al chico de su distrito. 
Aunque ya cae la noche, el Círculo de la Ciudad está muy iluminado. Hay muchísima gente del Capitolio, hay un balcón reservado para los Vigilantes, y hay cámaras por todos lados. Por otro lado, todo Panem tiene sus televisores encendidos, es obligatorio.
Caesar Flickerman, el mismo entrevistador desde hace 40 años, entra al escenario. El presentador cuenta algunos chistes para animar a la audiencia y después comienzan las entrevistas. 
Primero pasa Glimmer, Distrito 1, sube al centro del escenario presumiendo su vestido transparente dorado. Seguro fue fácil encontrarle un enfoque; tiene cabello rubio, ojos verdes, un cuerpo alto y esbelto... es muy sexy.
Las entrevistas duran tres minutos. Después pasa Marvel, y se muestra confiado y burlón. 
Llega mi turno; me pongo de pie y me acerco a Caesar, después, me siento a su lado.
—¡Clove! ¡Distrito 2! —dice él— ¿Cómo estás, Clove?
—Estoy lista, Caesar, preparada. —digo, en un tono dulce.
—Claro que sí. Haz visto a tus competidores, ¿qué piensas, Clove?
—Son buenos... los he visto entrenar, pero nada que me sorprenda.
—¡Oooh! ¡Alguien está muy confiada! —dice él y la multitud ríe.
No sé como responder, así que intento imitar esa sonrisa malévola que le he visto a Enobaria.
—Bueno, Clove, debo preguntar... ¿qué te pareció el desfile de tributos? El Distrito 12, ¿lo viste? —todos aplauden y yo le dirijo una mirada letal a... Katniss, pero ella tiene la mirada baja en sus manos, que están increíblemente sudadas.
Regreso la mirada a Caesar con un gesto de superioridad.
—Creo que se habla más de ellos de lo que se debería.
—Oh, ¿crees eso, Clove?
—Saldrán rápido del mapa. —sonrío y después suelto una carcajada.
La multitud responde con un "¡oooh!" y mis tres minutos terminan.
Caesar y yo nos levantamos, él me toma de la mano y dice de nuevo: 
—¡Clove! ¡Distrito 2!
Después, me deja ir y Cato sube al escenario.
Su entrevista no me sorprende, se muestra como es. Brutal, sangriento, Cato (Brutal, bloody Cato). No dice nada sobre mi, obvio. Dejamos de lado lo de los Amantes Trágicos y es por eso que no hablamos el uno del otro. Y eso me gusta más.
Después de nosotros, los tributos siguen pasando. La chica con cara astuta del Distrito 5... 8, 9, 10, Rue, Thresh, 12.
Primero pasa Katniss, lo que parece encantarle a la multitud. Lleva un vestido rojo, igual que el mío, y lleva llamas pintadas en sus 20 uñas. ¿Katniss Everdeen, la chica en llamas?
En un momento durante su entrevista, se levanta y da vueltas, de su vestido también salen llamas. Da pequeñas risitas y Caesar la detiene para que ella no caiga. La multitud está encantada.
Ella regresa a su asiento, y Peeta sube al escenario. Después de un rato de bromas y de traer a la multitud de aquí para allá, Caesar le pregunta si tiene novia. Él vacila un poco y después dice que no. Le pierdo un poco el interés, hasta que escucho:
—Creo que no funcionaría. Ganar... no ayudará en mi caso. —dice Peeta.
—¿Por qué no? —pregunta Caesar.
—Porque... porque... ella está aquí conmigo. —responde él.
¿Qué dijo? Todas las cámaras voltean hacia él y hacia Katniss. Yo no lo creo, no creo que sean novios o algo porque... ¡ooooh! ¡Ya entendí! ¡Ellos usaron la técnica de los Amantes Trágicos que nosotros rechazamos! Tendremos que ver si les funciona bien. Aunque, no lo sé, Peeta parecía sincero. Tal vez él si lo sea, pero ella... parece que a ella también le tomó por sorpresa la confesión.


(Ya las tenía muy abandonadas :( disculpen, espero que este capítulo largo les compense :D las quiero mucho.)
Atte: Fer. aka @ProudOfJennLaw en Twitter. :)

1 comentario:

  1. Nadie te ha comentado & me siento muy mal x ser la primera luego de tres días. D: lo siento Fer. ):

    El capítulo estuvo awesome, *-* sabía que pondrías lo de las entrevistas de Katniss & Peeta. :D Awn. :3

    No te tardes mucho en el próximo. (:

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