viernes, 4 de mayo de 2012

CAPÍTULO 5

Mi noche se llena de sueños extraños, sentimientos que no había tenido antes. Me despierto gritándole a Cato que corra, justo antes de que la chica del Distrito 12 termine con él. No le tengo miedo, es sólo qué... no lo sé. No sé que es lo que siento por la chica del 12.
El alba empieza a entrar por las ventanas y el aire del Capitolio es diferente al de mi Distrito. Noto los músculos tensos y tengo que mover un poco los dedos antes de que la sangre me circule por las venas de nuevo. Salgo de la cama poco a poco y me meto en la ducha, donde conozco bien los botones del panel de control, son parecidos a los de mi casa. Después de darme un baño tibio, secarme e hidratar mi piel con crema, encuentro un traje que me han dejado en el armario: pantalones negros ajustados, una túnica de manga larga color rojo y zapatos de cuero. Me dejo el pelo suelto. 
Ni Brutus ni Enobaria nos dieron una hora exacta para desayunar, y nadie me ha llamado, pero tengo tanta hambre que me dirijo al comedor esperando encontrar comida. Encuentro comida muy bien servida, claro, pero también encuentro a Cato. Él está sentado, tomando café y con un plato lleno de comida frente a él. Le pregunto a un avox si puedo servirme yo misma, y ella asiente. Me preparo un plato con salchichas, huevos y papas fritas. Después, me siento junto a Cato. No decimos nada, sólo vemos como sale el sol mientras comemos.
Me pongo a pensar sobre qué habrá dicho mi madre sobre nuestro debut en el desfile de anoche, seguro ella no quiso poner mucha atención, y mi padre... no creo que esté muy orgulloso después de lo que el Distrito 12 hizo. ¿Qué habrá pensado el padre de Cato? Eso se me asusta un poco. No por mi, por él.
Brutus y Enobaria entran en el comedor, nos dan los buenos días y después pasan a llenarse los platos. Me irrita que Brutus y Enobaria hablen tanto y no nos digan nada. Aunque tal vez no planeen nada aún. Tampoco necesitamos mucha ayuda, no tienen que preocuparse, y lo saben.
El entrenamiento me emociona. Hay tres días para que todos los tributos practiquen juntos. La última tarde nos presentaremos ante los Vigilantes, uno por uno, en privado.
—Bueno, vayamos al asunto: el entrenamiento. En primer lugar, si quieren, pueden entrenarse por separado. Decídanlo ahora. —dice Brutus.
—¿Por qué íbamos a querer hacerlo por separado? —pregunto—. Hemos entrenado juntos toda la vida, creo que no es necesario.
—Bien, entonces empezamos por.... —empieza Brutus pero es interrumpido.
—Pues yo si quiero entrenar solo. —dice Cato.
¿Qué? ¿Por qué hace eso? ¿Hice algo mal? Aunque me extraña y me decepciona, asiento sin pedirle explicaciones.
—Bueno, de acuerdo. Bien, bien, bien. —responde Brutus. —El Centro de Entrenamiento es casi igual al de nuestro Distrito, así que lo conocen bien.
Hablamos un rato más sobre nuestras habilidades y después nos dejan ir. Llego a mi habitación y cierro la puerta con delicadeza para que Cato no piense que su decisión de entrenar solo me afectó. Aunque si lo hizo. Son casi las diez. Me cepillo los dientes y me peino de nuevo. La emoción por encontrarme con los demás tributos bloquean un poco la decepción, pero no mucho.
Las salas de entrenamiento están bajo el nivel del suelo de nuestro edificio. El trayecto en ascensor es mucho menos de un minuto, y después las puertas se abren para dejarnos ver un gimnasio lleno de armas y pistas de obstáculos. Todavía no son las diez pero los Distritos 3, 5, 9 y 11 ya están aquí. Pasan unos minutos y los últimos en llegar son el Distrito 12.
Al llegar todos, nos reunimos en un círculo muy tenso, con un trozo de tela prendido a la camisa en el que se puede leer el número de su Distrito.
En cuanto nos reunimos en el círculo, la entrenadora jefe, Atala, da un paso al frente y nos empieza a explicar como funciona el entrenamiento. Cuando Atala empieza a leer la lista de habilidades, me fijo en los demás chicos. Es la primera vez que estamos todos reunidos en tierra firme y con ropa normal. Muchos son altos y fuertes, pero nadie se compara con la masa muscular de Cato. Tal vez un chico moreno, creo que es del Distrito 11, se compara a él en estatura. Examino por un rato a los tributos del 12. La chica, que estuvo en mis sueños ésta noche, no es muy alta, es delgada y a diferencia de muchos de su Distrito, se ve bien alimentada. Su compañero es de su misma estatura y de un cabello rubio cenizo, él no se ve fuerte, es más bien un chico regordete (no sabía como ponerlo, pero en inglés sería "chubby").
El fogoso debut de ellos dos anoche en el desfile, se desvanece. Los Vigilantes no les dan mucha importancia, así que nosotros nos limitamos a solo mirarlos.
En cuánto Atala nos deja ir, Cato y yo corremos al puesto de armas. No tardamos mucho en hablar con los profesionales del Distrito 1, Glimmer y Marvel. Sabemos que los profesionales debemos manteneros unidos para ganar los Juegos. Siempre funciona.
Mientras lanzo cuchillos a la diana estándar para pasar el rato, veo que los del 12 no se separan. ¿Qué traman? Cada vez me convenzo más de que seré yo la que mate a la chica, y en los primeros minutos de Juegos.
Sigo lanzando cuchillos y al parecer sorprendo al entrenador. Cato corta los brazos y la cabeza de al menos tres siluetas humanas con una espada, de una forma rápida. Marvel hace lo mismo, pero con una lanza. Y Glimmer no sabe usar el arco.

Los tres días siguientes nos dedicamos a visitar otros puestos, aunque no nos vayan a ser útiles. ¿Nudos? ¿Camuflaje? ¿Para qué queremos eso?
Una niña de cabello oscuro de unos 12 años se une para entrenar con el Distrito 12. Vaya aliada.
De vuelta a la planta del Distrito 2, Brutus, Enobaria y Zenobia nos hacen preguntas durante el desayuno y la cena sobre todo lo ocurrido a lo largo del día; qué hemos hecho y quién nos ha observado, como son los demás tributos. Cuando les decimos que algunos tributos ni siquiera saben agarrar bien un cuchillo, todos rompemos a reír. Nuestros mentores están llenos de interminables instrucciones sobre qué hacer y qué no, que seguro nos serán útiles.
Cuando por fin podemos retirarnos a nuestras habitaciones, Cato masculla:
—Clove, estaremos juntos en La Arena, ¿cierto?
Aunque su rostro es duro, su voz parece quebrarse. Al parecer Cato si tiene un lado humano después de todo. Pero la pregunta es: ¿por qué usa su lado humano conmigo?
—Supongo que si. —le respondo en seco y me resisto de preguntarle por qué decidió entrenar solo.
Después de eso sólo hablamos delante de los demás.
El tercer día de entrenamiento empiezan a llamarnos a la hora de la comida para nuestras sesiones privadas con los Vigilantes. Distrito a Distrito, primero el chico y luego la chica, así que soy la cuarta persona en pasar.
Los Vigilantes no llevan mucho tiempo ahí, así que me ponen atención. Me acerco al puesto de los cuchillos intentando disimular cuán emocionada estoy. Tomo un set de cuchillos de combate, aunque también me tienta un set de cuchillos de supervivencia, que supongo que serán los que estarán en La Arena, si me queda tiempo también les mostraré a los Vigilantes que puedo manejar ambos tipos de cuchillos a la perfección.
Me dirijo al centro del gimnasio con tres cuchillos en la mano derecha y tres cuchillos en la mano izquierda y escojo el primer objetivo: el muñeco de las prácticas de arco. Hay una flecha clavada en la pared de atrás, supongo que fue Glimmer.
Aviento el primer cuchillo de la mano derecha y le doy justo en el corazón, no dejo pasar tiempo y aviento un cuchillo de la mano izquierda a otro muñeco y vuelvo a dar en el corazón, me doy una vuelta rápida y aviento el tercer cuchillo por detrás de mi espalda y el tiro es impecable.


Volteo a ver a los Vigilantes y sus rostros no me decepcionan. Tomo aire y bajo la mirada hacia mis manos. Aún tengo un cuchillo en la mano derecha y dos en la izquierda. Sin pensarlo, ruedo por el piso, y aviento los tres cuchillos que tengo en un solo tiro. Y los tres cuchillos entran en tres diferentes corazones de tres diferentes muñecos. Nada mal.
Regreso corriendo a donde empecé esperando encontrar el set de cuchillos de supervivencia, pero se han llevado las armas. Como sea, lo que hice, lo hice muy bien.
Los Vigilantes no me quitaron la mirada de encima en todo el tiempo, y a juzgar por el brillo de sus ojos, creo que saben que han encontrado a una nueva vencedora.


(asdfghjkl díganme por favor que se ve el gif de Clove lanzando cuchillos D: en fin, gracias por leer el fanfic hermosas criaturas del Señor :3 ¡los amoooooo!)
Atte: Fer. aka @ProudOfJennLaw en Twitter. :)

4 comentarios:

  1. Hola Fer. (? no había leído la segunda mitad del 3 & el 4 porque ya sabes que soy una maldita. ^^ okya.

    Me está encantando la historia & asdfghjkl me dan ganas de ver la película otra vez. ): I NEEEEEEED TO SEE IT e.e' pero ya no está en cartelera. D: & no tengo dinero. ._. bueno! veré Safe & Sound :D okno.

    No te tardes mucho en subir el 6. :D con amor, AnnieM.

    & sí, sí se ve el gif. :B

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  2. asdfghjkl esta grandioso me encanto la descripción de como lanza sus cuchillos *-* ajsjahsas no tardes en subir el 6 por favor en fin amo tu fic :'D
    y si se ve el gif

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  3. Amo, amo, amo, amo, amo, la nove, amo a Clove, amo a Cato, amo Clato, amo lo que haces, siguela pronto, xx.

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  4. En cuerna sigue en cartelera :P btw las que quieran ver la peli aqui esta en internet
    http://www.wootly.ch/?v=R77EEEE4 .
    esta hermoso fer comos siempre

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